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.–¿Sale del mismo sitio cada noche? – pregunté.–Claro que no -resopló Steve-.Ni siquiera un vampanez loco haría eso.–Entonces, ¿cómo lo encontraste?–Por las conexiones en las tapas de las alcantarillas -sonrió orgullosamente Steve-.Los vampanezes no utilizan la misma salida noche tras noche, pero tienden a moverse en un área estrictamente definida cuando instalan sus bases.Conecté cada tapa de alcantarilla en un radio de doscientos metros… y luego lo extendí a medio kilómetro.Cada vez que se abre una, se enciende una luz en un equipo que tengo, y así, seguir a los vampanezes es cosa fácil.“O al menos, lo era.– Hizo una pausa con aire abatido-.Después de esta noche, probablemente se irá a otro sitio.No sabe cuánto sé de él, pero se esperará lo peor.No creo que vuelva a utilizar esos túneles.–¿Sabías que era a Darren a quien salvabas? – preguntó Harkat.Steve asintió seriamente.–De lo contrario, no habría acudido en su rescate.–¿Qué quieres decir? – pregunté, frunciendo el ceño.–Podría haber cogido a Garfito hace tiempo -dijo Steve-, pero sabía que no actuaba solo.Quería encontrar a sus compañeros.Había estado explorando los túneles durante el día, con la esperanza de seguir su rastro hasta su base.Al intervenir esta noche, he estropeado esa oportunidad.No lo habría hecho por nadie más que por ti.–Si hubiera atacado a un ser humano corriente, ¿habrías permitido que lo matara? – pregunté con voz ahogada.–Sí.– Los ojos de Steve se endurecieron-.Si sacrificar a una persona significa salvar a otras muchas, lo haría.Si no hubiera alcanzado a verte la cara cuando te fuiste de la casa de esa señorita amiga tuya, habría dejado que Garfito te matara.Aquella era una perspectiva cruel, pero era una perspectiva que yo podía comprender.Los vampiros sabían que las necesidades del grupo debían anteponerse a las individuales.Me sorprendía que Steve fuera capaz de pensar de ese modo (la mayoría de los humanos no pueden), pero supuse que tenías que aprender a ser despiadado si te dedicabas a cazar y matar a criaturas despiadadas.–Y eso es lo principal -dijo Steve, envolviéndose mejor en su abrigo oscuro mientras reprimía un escalofrío-.Hay bastantes cosas que no he mencionado, pero os he contado los puntos más importantes.–¿Tienes frío? – preguntó Harkat, notando los escalofríos de Steve-.Puedo encender la calefacción.–No serviría de mucho -dijo Steve-.Cogí algún tipo de germen cuando Mr.Crepsley me probó hace muchos años.Pillo resfriados simplemente por ver a alguien gotearle la nariz.– Tiró de la bufanda alrededor de su garganta, y luego agitó sus dedos enguantados-.Por eso me abrigo tanto.Si no, acabaría postrado en la cama días y días, tosiendo y farfullando.–¿Por eso apestas? – pregunté.Steve se echó a reír.–Sí.Es una mezcla especial de hierbas.Me la froto por encima cada mañana, antes de vestirme.Hace maravillas.El único inconveniente es el tufillo.Tengo que procurar no ponerme a favor del viento cuando sigo a los vampanezes; una vaharada de esto y se me echarían encima.Conversamos un poco más sobre el pasado (Steve quería saber cómo había sido mi vida en el Cirque du Freak, y yo, dónde había estado y qué hacía cuando no iba de caza), y luego volvimos a hablar del presente y de lo que íbamos a hacer respecto a los vampanezes.–Si Garfito estuviera actuando solo -dijo Steve-, mi ataque lo habría ahuyentado.Los vampanezes no corren riesgos cuando están solos.Si piensan que han sido descubiertos, huyen.Pero como es parte de una banda, dudo que lo haga.–Estoy de acuerdo -dije yo-.Se han tomado demasiadas molestias preparando esta trampa para salir corriendo ante el primer contratiempo.–¿Crees que los vampanezes sabrán que fuiste… tú quien salvó a Darren? – preguntó Harkat.–No veo cómo -respondió Steve-.No saben nada de mí.Probablemente pensarán que fuiste tú o Mr.Crepsley.Tuve cuidado de no descubrirme ante Garfito.–Entonces, aún podemos llevarles la delantera -dijo Harkat-.No hemos salido a cazarlos desde… que Mr.Crepsley se fue.Habría sido demasiado peligroso que hubiéramos ido sólo… los dos.–Pero si voy yo con vosotros -dijo Steve, leyéndole el pensamiento a Harkat-, sería diferente.Tengo experiencia cazando vampanezes.Sé dónde buscarlos y cómo seguir su rastro.–Y con nosotros ayudándote -añadí yo-, podrías trabajar más rápido de lo habitual y cubrir más terreno.Nos miramos en silencio unos a otros.–Corres un gran riesgo al mezclarte… con nosotros -le advirtió Harkat-.Quienquiera que nos haya tendido esta trampa lo sabe todo… de nosotros.Podrías revelarles tu existencia al… ayudarnos.–También sería arriesgado para vosotros -rebatió Steve-.Aquí arriba estáis a salvo.Bajo tierra, estaréis en su terreno, y si bajamos, les estaremos invitando a atacar.Recordad que, aunque los vampanezes normalmente duerman durante el día, no necesitan hacerlo cuando se encuentran resguardados del Sol.Podrían estar despiertos y esperando.Nos lo pensamos un poco más.Luego, alargué la mano derecha y la mantuve extendida ante mí, con la palma hacia abajo.–Yo estoy dispuesto, si lo estás tú -dije.Steve puso inmediatamente la mano izquierda (la de la cicatriz en la palma) sobre la mía y dijo:–No tengo nada que perder.Estoy contigo [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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