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.A ver, hijo, ¿pues qué te habías creído? Cuando una tiene la conciencia tranquila, déjalos que rabien, que eso es lo que debías hacer tú, zascandil, si tanta envidia te doy, mirarte en mi espejo, y dejar en paz al Aróstegui y al Moyano y a toda la camarilla, menudos ejemplares, que a veces me da por pensar que la única temporada que has estado bien fue cuando enfermaste, date cuenta, que te parecerá un chiste, que a ti lo que siempre te ha mortificado es obedecer y callar, lo mismo que a los jovencitos esos que tanto defiendes, que, te pones a ver, y son el desecho, así, la basura, aunque tú salgas con la patochada de que “víctimas sin culpa”, frases, Mario, te lo digo y te lo repito, porque puestos en este plan, ¿puede saberse qué culpa tengo yo de no tener un coche cuando todas mis amigas lo tienen? ¿Y mamá? ¿Qué culpa tenía mamá que en paz descanse?, y, sin embargo, sufrió la guerra y la guerra la costó más que a otros aunque no lo pregonase, porque lo de Julia es peor que la misma muerte, Mario, entérate de una vez, que tú siempre sacas a relucir a tus padres y a tus hermanos, que eres un egoistón y nada más que un egoistón, pero nunca se te ocurrió pensar en los míos.No le des más vueltas, cariño, obedecer es lo que te recome, obedecer y callar, al fin y al cabo, de casta le viene al galgo, mira Charo, ¿por qué crees que tu hermana se salió de monja?, pues por lo mismo, querido, ídem de lienzo, porque no sabe obedecer ni sabe callar, por alzar el gallo, porque ni tú ni ella, ni ella ni tú, os resignáis a someteros a una regla, y lo que pasa, ahora descentrada, a ver, ni dentro ni fuera, cada día más rara, que yo te aseguro que si los domingos la sigo mandando los niños es por caridad, caramba con la casita, Mario, ni un panteón, ya le oyes a Álvaro, “prefiero no comer que comer en casa de la tía Charo”, lógico, me lo explico perfectamente, que ella, tu hermana, a lo mosquita muerta, que me puede, fíjate, venga de sacar a los abuelos y a los tíos a relucir, ya ves qué ocurrencia, hablarles de muertos a los niños, que lo hago por lo que lo hago.Y Charo no es una excepción, qué va, tu vivo retrato, nunca estará a gusto en ningún sitio, igual que José María, todos cortados por el mismo patrón, por más que tú digas que tu hermana es eficiente pero eso lo dices por chincharme, ya te conozco, porque no tiene servicio, pero ha llegado un momento en que no la resisto, te lo puedo jurar, con esa sosería, si parece que se va a desmayar, y luego la cara tan lavada, que ésa es otra, que a los diecisiete años, vaya, pero a su edad no está ni medio bien, Mario, siquiera por respeto a los demás, que es hasta desagradable de mirar una piel tan terrosa y tan seca.Si lo dices por fastidiarme estás listo, Mario, por mí puedes decir misa, ya te lo advierto, que no vas a hacerme de menos por eso, pero, por si quieres saberlo, no soy una señorita inútil ni de las que vuelven la cara, que el año del hambre, cuando hizo falta, bien que me fui con el tío Eduardo por los pueblos más asquerosos a buscar garbanzos y lentejas para que mis padres comieran.Y no creas que los coches de antes eran como los coches de ahora, con gasógeno, hijo, ¿qué te habías creído?, pero no me importaba, y si volviera a hacer falta, volvería a arremangarme, porque otra cosa, no, pero a sufrida nadie me gana, ya lo sabes, que lo puedo decir muy alto.XVIVe, come alegremente tu pan y bebe tu vino con alegre corazón, pues que se agrada Dios en tus buenas obras.Vístete en todo tiempo de blancas vestiduras y no falte el ungüento sobre tu cabeza.Goza de la vida con tu amada compañera todos los días de la fugaz vida que Dios te da bajo el sol.Pero el caso es que me pongo a pensar y divertido, lo que se dice divertido, no te he visto en la vida, Mario, ni en el viaje de novios siquiera, que ya es decir
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